Pues ha llegado el final de la temporada de comuniones 2017. Es una época muy movida, sin descanso, pero muy agradecida.
Hablo de agradecimiento emocional, de agradecimiento en los sentidos. De ese agradecimiento que te hace que te sientas feliz de hacer lo que haces.
Cada comunión es distinta a las demás, todas tienen su encanto particular. Este año me he encontrado con detalles, con palabras de personas que te dicen que los has hecho pasar un magnífico rato, con caras de asombro, con regalos personalizados por parte del protagonista de la comunión, con emociones fuertes, con familias que te llaman de nuevo para las comuniones de los pequeños después de haber actuado para los mayores años antes.
En definitiva, con ilusión, porque al final es de lo que se trata.
Siempre he dicho que el objetivo de mis shows es que la gente se divierta, se ría, se asombre, se ilusione, viva la magia en primera persona,se olvide por un rato de sus preocupaciones. Y creo que lo he conseguido. Es más, estoy seguro de ello. Las palabras y actos del público me lo confirman.
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